Abercrombie es un escritor engañoso. Después de haber escrito media docena de novelas de Fantasía, se maneja entre una categoría nueva…, ¿cómo decirlo? Tiene que haber una palabra… Moderna o antigua… Antigua o moderna… ¡Sí! ¡Eso es!. ¡Abercrombie escribe para viejóvenes! Su prosa camina entre paisajes y letanías montañosas sin complejos masivos, narrativa para jóvenes y adultos, todo en conjunto, en un mismo bloque. Con el objetivo de una experiencia mucho más estricta, menos irregular y más accesible para todo aquel que decida darle una oportunidad para opinar por si mismo.
Sus dos primeros libros de la Trilogía del Mar Quebrado me parecen una excelente elección para descubrir esta teoría que propongo. Medio Rey (http://cronicasliterarias.com/2016/04/17/resena-medio-rey-de-joe-abercrombie/), una aventura rolera por encima de todo, con un grupo de personajes con un fin en común donde a priori, Yarvi, el hijo menor del rey y lisiado, se ha comprometido a recuperar el trono que nunca quiso. O Medio Mundo (http://cronicasliterarias.com/2015/10/26/resena-medio-mundo-el-mar-quebrado-2-de-joe-abercrombie/) donde se cambian las tornas y uno de los personajes principales del nuevo grupo, Thorn Bathu, una joven prefiere aprender el arte de la espada antes que meterse en el mundillo de las féminas, y se ve en un lío después de haber matado a un alumno en un trágico accidente y es condenada a muerte…
Ambos grandes títulos que completan, sin duda, esta novela que proponemos hoy. Una idea a priori simple pero que ha dado para mucho en el mundo de la Fantasía. Joe Abercrombie lanza la propuesta de nuevo y yo, como muchos a estas alturas, estoy ahí para leerla. Los que venimos gustosos de su anterior obra, los que necesitamos cada poco de un pelotazo de Fantasía para nuestro pecho vacío ante tanta mediocridad, ESTAMOS AHÍ PARA LEERLA. En mi opinión, un titulo que se diferencia enormemente de sus dos novelas anteriores, ya que en las pasadas notabas claramente la construcción, la toma de impulso, apilando cajas, preparando un sendero curvilíneo para llegar a toda velocidad a este punto y deparar en…
En una guerra que no tiene desperdicio. Una guerra sin límites. Ya en Medio Mundo, la novela nos abandonaba en un inminente estado de guerra. La abuela Wexen tratando de quemar a todos los traidores, convertirlos en cenizas y criar a un ejército lo suficientemente grande como para hacer frente a lo que se le viene encima. El mayor ejercito que se ha visto desde que los elfos se enfrentaran a Dios. Y encabezando esta campaña el brillante Yilling, un hombre que solo adora la muerte. En Media Guerra volvemos a tener un gran elenco de personajes. La princesa Skara, el ministro Koll y la dura guerrera Raith. La primera novela tenía a Yarvi como único punto de vista, la segunda saltaba de alma en alma, ahora ya no vemos a través de esas perspectivas y se agradece pues le hubiera quedado a Abercrombie un fin de trilogía demasiado extenso. Aquí el personaje más notable es la princesa Skara que ha perdido a su hogar y a su familia pero cuyos feroces guerreros Yilling y Raith, han sido asignados para protegerla, crecer y adaptarse junto a ella a lo que está por venir.
Obviamente, al ser Media Guerra el fin de una trilogía fantástica, una buena parte de la trama consiste en secuencias de batalla (para mí, la mejor virtud de Abercrombie), escaramuzas y “operaciones tormenta”. Las escenas de acción son fluidas, tan afiladas y bien descritas que tienes la sensación de estar viviendo una épica película con Dolby Surround. Es fácil quedar atrapado en una repetición de escenas de lucha, y no querer soltar el libro aunque te estén llamando al móvil. Se emplea una amplia gama de armas aquí. Abercrombie siempre utiliza el terreno para ganar ventaja, y al borde de almenas desmoronadas, vais a vivir grandes enfrentamientos, duelos dignos de recuerdo.
El movimiento… Wow! Como usa este hombre “el movimiento”. Además, es directo, ameno, no hay un lenguaje pseudo-complicado en el argumento del que abusan en demasía otras novelas fantásticas que te sacan a veces de lo verdaderamente importante. Y otra, esta trilogía mantiene un fuerte sentido de la ambigüedad moral. Incluso este colofón es tremendamente poderoso en ese sentido. Abercrombie pinta un escenario rico, detallado e inolvidable.
Con estas premisas, ¿quién no quiere vivir una aventura y quitarse ese ansia inusitada de leer un buena trilogía fantástica en la que perderte con grandes personajes y alejarte de la triste realidad, nada épica, que vivimos?